[Nunca Digas Jaja Okas, la cybernovela que no llegara al 2011, vuelve después de sus vacaciones con su séptimo capitulo.]
Hay días en los que me siento un bicho raro digno de Animal Planet. Días en los que mi lado mas emo aflora y se burla de mi. Si mezclamos eso con el hecho de estar templado, pues estas jodido. Estando en clases generalmente tengo esta sensación. Soy un Señor Inadaptado, con orgullo. Mis días en Quinto han pasado mas rápido de lo que hubiera querido. El día de la madre paso con un número del grupo de Ingles y me divertí, muchísimo. Pero no pude evitar poner parte de mi atención en Alessa, incluso pensé en sacarla a bailar cuando la orquesta de cuarta invitada tocaba una salsa algo pegajosa. Al final no lo hice, no hubiese aceptado. Y no es pesimismo, nada que ver. Es una “inyección de realidad”, como dice Celia. El día del padre fue aburridísimo, no hay mucho sobre que hablar. En esta parte, siento que puedo haber disfrutado mas los momentos con mis amigos, tiempo perdido. Me gusta perderlo y lo reconozco, totalmente y sin verguenza. Es durante una clase de Ingles, con la gente de Avanzado, cuando me pregunto si todo esto ha valido la pena. O sea, desperdiciar un año único e irrepetible en idealizar y mantener el recuerdo de una chica que ni en lo más mínimo me ha dado un ápice de esperanza. Hubiese querido pasar más tiempo con aquellos que dentro de unos meses ya no veré de no ser por una jugarreta del destino que me lleve a ellos. Esto no es arrepentimiento, es solamente un pensamiento extraño que me golpea cuando pienso en Alessa.
Día del maestro. Yo y Celia estamos encargados de dirigir la celebración. Pero no hay nada que celebrar, Michael Jackson ha muerto y como ha dolido. Si, no lo conocí ni nada, pero el tipo ha sido un ídolo y jode que se muera sin poder haberlo visto en vivo. Fuera de eso, la actuación esta genial. Modestias aparte, creo que ha sido super innovadora y divertida, las siguientes promociones harán también sus “Premios Felicidad” para los mejores profesores, aunque fácil le cambiaran el nombre. Pero el detalle fue nuestro, tiene la firma Vita Nova (por más feo que me parezca el nombre de mi promoción) y todos lo sabrán. Aunque se que Carina, Francis y compañía lo van a hacer también genial (incluso mejor, porque se como es Francis cuando se obsesiona en algo) y cuando digo compañía, hablo también de Alessa. Ella ahora este con sus amigos y se ve feliz. Ha de ser porque ignora todo lo que siento por ella, ha de ser por eso. Soy feliz también, en estos momentos lo soy, gracias a mis amigos.
Las celebraciones se acaban por ahora. Un examen de trigonometría en mi carpeta. ¿Cómo coño hace el profesor Daniel para buscarle tanta chuchería a un triangulo? Pero si es solo un triangulo, como gastaron su tiempo tantos griegos sacándole ecuaciones. Creo que de castigo murieron tantos de ellos en guerras calzonudas como la de Troya. Solo tengo dos ejercicios de los 10 que debo tener para aprobar, y esos dos, cortesía de Naty. Garabateo mi hoja con una A gigante. El plan de cambiarla, inspirado por la psicóloga, fue un fiasco, un nuevo nivel de genialidad en mi ranking de estupideces. La gente no cambia, eso dice el gran Gregory House. La gente no cambia porque solo empeora o mejora. Un alcohólico será siempre alcohólico, y si no vuelve al trago es porque un auto le pasa encima antes. Ella sigue siendo igual, ligeras mejoras en la conversación, generalmente la de MSN, no son nada. En vivo, en persona, cuando un monitor no sirve de enlace, no funciona. Somos dos personajes salidos de dos series distintas, sin posibilidad de un crossover. El profe pasa y jala mi hoja del examen, se acabó el tiempo dice, muy cagón. Jalado en trigonometría, tan jalado como en el aspecto amoroso. Así no se puede vivir, y tú, reina del hielo que estas allí, dentro de cuatro paredes no muy lejanas a las mías, lo sabes…
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