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"Nunca Digas Jaja Okas" Capitulo Nueve: El Ultimo Paseo



Cuando Diana apareció ese tarde, en ese preciso momento, lo vi como un acto de caridad. Luego de casi medio año de un amor mas estúpido que platónico con la ya conocida Alessa, pues esta bocanada de aire fresco y nuevo me hacia bien, sin duda. Esa misma noche la agregue al MSN y hablamos de cosas que no contare por estos medios pero que confirmaron la teoría de que estabas loca y que esa locura tuya era el motivador de ese gusto que sentía por ti. En ese momento, no tenia nada que justificarme, nada que explicarme, pero no sabia si era del todo cierto, solo sabía que me gustabas.

Había pasado una semana de aquel día y dos hechos se encontraban en una misma fecha: el paseo anual del colegio y el cumpleaños de la recién conocida Diana. Que fuera el último paseo que tendría en el cole le daba un aire sentimental y triste muy fuerte. Todos los de la promoción nos pusimos de acuerdo para ir y pasar esa tarde en algún club mal elegido en Chosica. Un día antes, al ver la imposibilidad de ver a Diana ese día, le escribí una carta (una fea carta, apelando a toda mi sinceridad) en una hoja bond verde y que la linda Isis me aseguro haría llegar, debido a sus contactos con el colegio de mi actual ilusión romántica. No sabia si recibiría alguna respuesta pero el gesto me parecía necesario.

El día del paseo estábamos todos en el bus sentados adelante esperando que la magnifica impuntualidad que caracteriza a los encargados de mi colegio no se hiciera notar cuando llego Isis, tarde y apurada, diciéndome No pude pasar para dejar la carta. Sorry, no te molestes. Le dije que no me molestaba, por no decir que realmente si me molesto pero no quería arruinar ese último viaje por un detalle que podía ser irrelevante. Cuando por fin partimos, me pase buena parte del viaje con Celia cantando una canción de Cabas que iba algo así como Pasa la noche, conmigo bonita o múdate cerca y así me visitas, y nuestros gritos parecían salidos de una película de terror. Pero a Celia y a mi nos vale madres.

En el club, una vez llegamos, todos nos dividíamos dependiendo a nuestro salón y nos repartíamos para jugar futbol algunos o lanzarse a la piscina otros. Eran pocos los que como yo, se quedaban a un lado, neutrales, para escuchar música o hacerla (O sea, hacerla mal pero hacerla) con la guitarra que llevo Angelo. Me llamo la atención ver a Francis sola, ya que nadie de su salón se había animado a ir y termino dando vueltas entre todos los grupos que habían allí. Me le acerco porque, a mi pesar, me divierto mucho con ella. Hey, ¿Por qué tan sola? le digo para iniciar la conversación. No vino nadie pues. Seguro te diste cuenta que no vino Alessa me responde ella con la acidez que la caracteriza siempre. Y era verdad, no había ido y la verdad, no me había importado mucho. Seguro querías que venga para verla en ropa de baño me lanzó y me quede en shock, de piedra. La verdad es que no, jamás me lo había imaginado, pero que ella lo dijera llevo esa imagen a mi mente y Francis se dio cuenta. Empezó a golpearme y decirme cosas como “enfermo” y cosas que no tenían fundamentos. Luego, me dejo en paz y seguimos conversando de tonterías.

Era ya de noche, estaba cansadísimo y me rendí frente a la computadora, ante una sesión de chat. Encontré a Diana y la volví a saludar, luego del mensaje de texto que le había enviado bastante temprano. Ella me hablo de su día, de sus cosas y de ese chico con el que había terminado y con el que pensaba volver. Recordé esa carta que te escribí y nunca recibiste, y que espero leas en su momento si logro no perderla como todo lo que hago con cierto cariño. La naturalidad con la que soltaba sus palabras iba sincronizada con la grieta que se iba abriendo lentamente en mi corazón que por más pequeña que fuera, estaba ahí. Ese día me di cuenta de que no iba a funcionar, que al final terminaría mal yo y que como amigos funcionaríamos de putamadre, pero nada más. Esa deducción parecía un avance para ser un imbécil que había pasado medio año tras una chica que, ni más que un hola y chau eventual. ¿Eso podría significar una evolución? ¿Un paso adelante? Si Alessa no se hubiera conectado en ese momento y me hubiera dicho “Hola”, y si mi corazón no hubiese latido como latió entonces, diría que había logrado seguir adelante. Obviamente, no fue de esa forma.

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