Llega un momento en la vida de todo hombre del siglo XXI en el que –inevitablemente, en algunos casos- te conviertes en “aquel amigo soltero” del grupo, ese que ve como poco a poco todos sus camaradas de aventuras se van comprometiendo (unos mas seriamente que otros) y dejan de lado esos momentos que solo entre solteros se pueden compartir. Te conviertes sin quererlo, en aquel que se sienta a un costado en las salidas o reunas esperando que otro soltero como el llegue para buscar alguna excusa de fingir que la estas pasando genial. Y es que, siendo cruelmente sincero, la amistad que has forjado con esas personas ya no es la misma cuando tienen a alguien con quien compartir con besos y toqueteos esos momentos de ocio que compartían contigo. Las cosas como son: tus amigos ya no te buscan ni se acuerdan de ti. Cuando pasan días sin saber de ellos o te dan alguna excusa rebuscada para no salir por estar en pleno love love love, te das cuenta de que ese vinculo que tenían no es igual, se ha gastado. Caes en la cuenta de que tus amigos han sido puestos al otro lado de un muro que nunca es fácil cruzar.
Casos emblemáticos son, por ejemplo: la primera enamorada seria de tu mejor amigo: ¡Olvídate de las jodas! ¡Olvídate de la exclusividad! ¡Olvídate de los momentos “Macho que se respeta”! Todo se volverá un círculo de conversación con un tema fijo: ella. No esperes más. Recuerdo los días en que mi hermano de armas Giuseppe (ese vago flojo holgazán tan buena onda) decidió empezar una relación con la también amiga mía Priscilla. Me volví testigo de las muestras de amor más exageradas y acarameladas que me perturban hasta ahora en algunas noches que no puedo dormir. Pero si hay un momento que se lleve el premio son aquellas salidas al cine: ¡Aja! Ahí si te jodes. Tragarte una hora y media de besuqueos, gemidos y otros sonidos más escalofriantes mientras tratas de ver como Nicolas Cage se convierte en Ghost Rider es simplemente una tortura china, una patada en las gónadas, un pinchazo en el ojo.
Peor aun es cuando todos tus amigos y amigas cercanas deciden, como si en una reunión secreta hubieran confabulado contra ti, ponerse de enamorados de golpe. Todos empiezan a salir con alguien, todos “tienen una relación” según Facebook, todos tienen una esquina escogida en la cual besarse en sus tiempos libres. Salir con ellos, hacer reuniones o encontrártelos en algún evento es convertirte en el personaje de Bruce Willis en Sexto Sentido; un fantasma que solo algunos (otros solteros, de hecho) pueden ver y que no influye en el movimiento del mundo. Cuando esto pasa, te vuelves blanco de frases como Ya encontraras a esa chica, Ya te veré templadazo, Ya llegara tu momento y otras aun mas babosas. Yo aprecio sus buenas intenciones, pero estar soltero no es malo, no es una especie de infección por la cual me siento desprotegido y triste. Probablemente lo malo sea volverme un desconocido cada vez que Cupido se las agarra con mi grupo de amigos y que, ergo, eso me vuelva una especie de bicho raro en una comunidad de people in love.
Mi historial amoroso es breve, pero aun así esas pequeñas relaciones no me alejaron de mi collera, de la gentita. Quizás eso se deba a que nunca he sido un chicloso, siempre he dado espacios a aquellas chicas que me robaron el corazón (o que, en buen español, me volvieron idiota).y siempre yo recibí mi espacio también. Termino el post esperando que mis pocos amigos sueltos en plaza se queden así o que mis amigos comprometidos aprendan a -si no es mucho pedir- acordarse de “aquel amigo soltero”.
jajaja buenaza!!
ResponderEliminarsiempre pasa u.u' jaja y lo peor de todo son las frasesitas q te dicen "ya llegara" o aun peor "le diré a mi enamorado q lleve a uno de sus amigos para q no te sientas mal" ¬¬
Hahaha, si...
ResponderEliminar¿todos tenemos amigos idiotas no?
Gracias por leerme. Besos y saludos. L