Eme me manda un mensaje. 'I wanna fuck', me dice, siempre en inglés porque para ella hay una fuerza y una crudeza innecesaria en la palabra 'tirar'. En 'fornicar' y en 'follar'. Y porque 'hacer el amor' a veces es una promesa que no se puede cumplir.
Entre sus piernas descubrí que puedo hablar en arameo y en otras lenguas muertas a cierta hora y en cierto lugar. A las tres de la mañana, por ejemplo. En un dormitorio con ventanas hacia la calle.
Eme me abraza y al mismo tiempo me juzga, como una diosa salvaje de 19 años. Me advierte que desde mañana no volveré a verla. "Vas a convertirme en literatura y luego nos vamos a esforzar demasiado para inspirar mejores textos".
Cuando se va, me deja una cajetilla vacía en la mesa de noche. Un olor de cigarro que me inquieta desde hace año y medio, cuando deje de fumar. Ganas de escribir sobre el sexo sin escribir sobre el sexo.
Curioso, nunca supe como describir esto que pensaba en pocas palabras: siempre en inglés porque... hay una fuerza y una crudeza innecesaria en la palabra 'tirar'. En 'fornicar' y en 'follar'. Y porque 'hacer el amor' a veces es una promesa que no se puede cumplir.
ResponderEliminar