Silence is golden
I used to think that silence was golden
Soñé contigo el sábado.
Te hacías daño, dando vueltas en el aire como si fuese arte. E inconsciente, en el suelo, no te había reconocido. Tuve que abrazarte, preocuparme por ti, para verte. Para sentirte. Para que vuelvas a mi mente.
Y cuando me desperté en la madrugada, quise llamarte. Quise buscarte en la agenda del teléfono y luego escucharte. Lo tengo tan metido en el cerebro, como las costumbres. Como las palabras.
Pero ya no te llamo en la madrugada desde hace dos semanas, tal vez ya no es necesario.
Tal vez, ya encontraste nuevas personas, nuevos amigos. Gente a la que si llamas, a las que si les preguntas "¿como estas?" por las mañanas. Tal vez simplemente eso era lo que tenia que pasar en las historias imaginarias que escribimos. Esas historias que son ficción, para no hacerle daño a nadie.
Y te extraño, no por nostalgia. Te extraño porque cuando eres como yo, necesitas a alguien que te escuche y a alguien que quiera ser escuchado. Y mis amigas son tan felices en sus cosas, en todas las cosas, que ya no tienen tiempo para eso. Pero tú siempre estabas, incluso esos años perdidos. Mis años perdidos.
Porque cuando le dices a alguien que vas a darle tiempo y espacio, la idea es que en algun momento regreses. ¿No?
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