Oh, lovely bones... Alucina que hoy te extrañe. En mi locura marciana y en la mezcolanza de cosas que tengo en la cabeza, te extrañe. Mucho, hasta las 6 de la tarde. Extrañe, por ejemplo, verte. Esa simplicidad. Que estés a 10 metros y mirarte creyendo que no notas que te miro. Creer que soy lo suficientemente discreto para que no te des cuenta que te sigo con la mirada siempre en el “campus”, junto al Starbucks y la cancha de golf. ¿Te jode? No sé, que un completo extraño piense en ti. ¿O le gusta a tu ego? Espero que te haga algún bien. Aunque no lo creas, tú me alegras los días a veces. Hoy sentía las horas tan sonsas, hasta las 6, y eso no me pasa cuando de vez en cuando te veo pasar. ¿Cómo te voy a extrañar?, pensaras. Extrañe también a una chiquita que me gusta mucho pero también te extrañe a ti. En picos altos y bajos, de forma constante. A eso de las 4 o 5, te extrañe más a ti. Tenía la idea de que iba a encontrarte por Jesús María, como si no t...