La historia que voy a publicar a largo de la siguientes semanas no es necesariamente real, aunque es probable que si lo sea. Los personajes pueden haber existido y los eventos pueden haber sucedido, esa es la gracia de la literatura (aunque sea de blog), ¿no? Si en algún momento sientes que escribo de ti o de alguien muy parecido a ti, pues no me vengas a arruinar el día y lee lo anteriormente escrito, motherfucker.
Roxanne, no tienes que ponerte bajo la luz roja. Esos días terminaron. No tienes que venderle tu cuerpo a la noche.
The Police, "Roxanne"
Llega un momento en la carrera de todo escritor en la que decide volverse autobiográfico, coger trozos de su vida y convertirlas en una novela que se espera sea exitosa. Incluso a los escritores que no tienen carrera, como yo. Esto suele pasarle muchos a los escritores frustrados y sin imaginación, un selecto club de buenos para nada al que honorablemente pertenezco desde hace un par de años. Pero imaginemos que no he escrito eso. Imaginemos que yo doy para más.
Mi nombre vendría a no tener importancia en esta historia, así que solo sabrás el alias que en algún momento use para crear un blog de esquivo éxito, “La Mente de Dan Dark”. Precisamente ese era mi apodo, Dan Dark y aunque era un sobrenombre tonto y bobalicón, ya era conocido así y en el fondo le terminas cogiendo cariño. Hasta mi mama me decia Dan Dark. En ese blog lleno de todo menos de maestria ortografica, subía artículos contra gente que me caía mal y una especie de novela amateur que llevaba el nombre de “La Niña de Apellido Griego”, que solo leían 5 gatos, entre ellos esa niña de apellido griego de la que me refería y que quizá hoy me odia. Y digo quizá, porque llevo varios meses sin saber de ella, luego de que mi ex-musa empezara a salir con un galifardo (que probablemente no sabe qué coño significa galifardo, ya que también es un poco lento) al que gracias a Dios no conozco en persona. Para ser sincero, creo que odio a ese niño galifardo y lento porque me quito la inspiracion de mis cuentos.
Ahora yo, en cambio, fracasé en la misión suicida de crear una obra propia lejana de algún hecho que realmente hubiese sucedido. Me había jurado no volver basarme en mí y mis experiencias para crear una nueva historia y tristemente no pude hacerlo. Luego de mil intentos vi correcto saltearme esa regla idiota que yo mismo me impuse. Ante tal impotencia decidí ir más allá de mis convicciones y escribir sobre algunas chicas que conocí en diferentes momentos de mi anti-creativa vida y que, a pesar de que es probable que me gane mucho odio y pocos reconocimientos, pueden ser interesantes al ser convertidas en novelas de “ficción”.
Roxanne Red, Emma Bells y Dalma Ross y otras más que iras conociendo serian mis musas. Serian la nueva fuente de inspiración de Dan Dark, el sanguinario blogger que quería escribir una novela que llamaría #ChicasMalas. Se llamaría asi, oh mi gran imaginación, porque un publico objetivo podría definir así a estas chicas. Hablo de un publico ficticio, por que esto no lo va a leer ni Dios.
Cuando conocí a Roxanne Red a mí nadie me decía Dan Dark y ella no era más que una niñita sin forma y sin gracia. Con unos dientes feos y chuecos, orejas grandes y piernas largas, Roxanne era bonita (a pesar de todo) pero no tanto. Tuvieron que pasar unos 10 años para que aquella niñata se convirtiera en una mujer formidable: formidablemente linda, formidablemente sexy y formidable en las artes amatorias; aunque eso último solo lo sé por las historias que ella me cuenta y las cosas que se comentan. No sé si considerarla directamente como una amiga. Que haya tenido amoríos con un par de amigos míos no la hace necesariamente mi amiga, aunque a ella le haga mucha gracia llevar ese zalamero título. Al final, si es amiga. Al final, la quiero mucho.
Quiero darte una rápida descripción de la Roxanne actual antes de seguir avanzado con esto. Te di entender que es bonita, ese el punto uno. El punto dos va sobre sus gustos: escucha música de mierda (el siempre predecible latin pop), no lee mucho que digamos (no creo que haya leído algún post de La Mente de Dan Dark y si lo hizo, fue por accidente) y de cine tampoco sabe mucho. Pero tonta no es, para nada. El punto tres lo demuestra: los tontos eran sus novios. Tonto fui yo. Hasta ese punto se le podría llamar de muchas formas, pero no precisamente “chica mala”. Por lo menos eso crees tú que no la conoces tanto como yo aunque finalmente me darás la razón.
Bajo el riesgo de equivocarme, puedo decir que estimo a Roxanne y a las otras chicas malas de esta historia. Por eso tuve ligeras dudas de lo que estoy a punto de desarrollar. Aunque escribir nunca puede ser tan malo. Escribir al fin y al cabo es mi chance de encontrarme, y encontrar a Roxanne Red dentro de mi mismo.
Roxanne Red podrá entenderlo...
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