La chica bonita que se sienta a la izquierda ahora se sienta detrás. Dice "ya-tu-sabe", imitando a cierto cantante de mierda, como si fuese una canción sobre cerezas. Y recuerdo que ya no escribía sobre ella por la flojera de la resignación. Porque últimamente hay mucho resignación. Hay muchas "pocas ganas" de ver a la gente que quiero o intento querer. Días en los que te das cuenta que se despierta más ternura con un peluche que con un libro. Noches en las que no puedo dormir porque sueño que me muero en una protesta asiática. Hay pocas "muchas ganas" de escribir algo que pueda parecerte interesante. En fin, la chica bonita que se sienta a la izquierda ahora se sienta detrás. Relativamente bien, relativamente mal.